Por supuesto que no, pero creo que no tiene nada que ver una cosa con la otra. No necesitás zapatos de Gucci para ser o aparentar, ya que creo que esa es la forma más primitiva de percibir el buen gusto y la prolijidad: la apariencia. No estamos hablando de ropa de marca o de cosas caras, sino de una motivación personal a corto plazo y una motivación general a largo plazo por mejorar, capaz de cambiar el entorno y la cultura que nos caracteriza.
Cambiemos el ejemplo de la prolijidad y buen gusto en el vestir por el del bar mugriento de la esquina. ¿Para qué lo vamos a limpiar y mejorar las mesas y sillas y la atención, si total el cliente tiene lo que pide, paga y se va? ¿para qué más? La cuenta es simple: el hecho de mejorarlo generará mayores ganancias porque atraerá más gente, la gente se sentirá más cómoda y más motivada a volver. Pero esto no sólo es beneficioso para el bar, sino para los locales linderos que pueden motivarse por el éxito del primero e innovar para que también les vaya mejor y así se pueden beneficiar todos.
Parece que para algunas personas lo mejor es el "dejá todo como está que así funciona", "no la compliques" y así seguimos... yendo al bar mugriento de la esquina porque es lo único que hay. No mejores, total, ¿para qué? Eso sí, después no te quejes de la minita descuidada salida de las cavernas que te toca porque después de todo, no la hace mejor persona ni más evolucionada.
Creo que no es cuestión de afeitarse o ponerse tacos de Louboutin. Para el que lo puede ver, el tema va más allá de una afeitada o un tema de mejorar la persona.
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"Iguana iguana Powersurgius"